MUERE EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN NAZI, ANA FRANK.
12 de marzo de 1945
Annelies Marie Frank Hollander, conocida en español como Ana Frank, nació en Fráncfort del Meno el 12 de junio de 1929. Fue una niña judía alemana, mundialmente conocida gracias al mítico “Diario de Ana Frank”, la edición en forma de libro de su diario íntimo, donde dejó constancia de los casi dos años y medio que pasó ocultándose, con su familia y cuatro personas más, de los nazis en Ámsterdam (Países Bajos) durante la Segunda Guerra Mundial. Su familia fue capturada y llevada a distintos campos de concentración alemanes. El único sobreviviente de los ocho escondidos fue Otto Frank, su padre. Ana fue enviada al campo de concentración nazi de Auschwitz el 2 de septiembre de 1944 y, más tarde, al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murió de tifus el 12 de marzo de 1945, pocos días antes de que éste fuera liberado. En 1947, apenas dos años después de terminada la guerra, Otto publicó el diario bajo el título “La casa de atrás”.
¿Quién fué ANA FRANK? Un ícono del holocausto Judío,
quien dejó un libro por ella escrito, el cual se convirtió , después de
su publicación, en un verdadero best-seller , ya que ella era solo una
niña de 13 años al momento de escribirlo. Te recomiendo lo leas, si aún
no lo has hecho. Dios bendiga a Israel siempre.
Ana Frank le
dio algunos de sus juguetes a una amiga para que se los guardara :Una
lata de canicas, un juego de té y un libro, poco tiempo antes que ella y
su familia se ocultaran.
Anna
jugaba regularmente en las calles de su vecindario en Ámsterdam
(Holanda ) con su amiga Toosje Kupers, y le encomendó la tarea de
cuidar sus posesiones más preciadas.
La
siguiente parte de la historia es bien conocida : La familia Frank
sufre la terrible experiencia de pasar 25 meses en hacinados, escondiéndose de la persecución de los nazis a los judíos. El mundo conoció la desgarradora historia de las mismas palabras de Ana, escrita en su ahora muy leído diario.
Ahora, después de 70 años, las coloridas canicas de Frank han sido redescubiertas y se exhibirán por primera vez en una exposición sobre la Segunda Guerra Mundial en Róterdam.
"Ana
le dio éstas a su amiga para que se las guardara", Teresien da Silva,
directora de las colecciones en el museo Casa de Ana Frank .
"Ella las guardó para cuando Ana regresara, pero Ana no regresaría jamás".
La
versión de Ana sobre ocultarse en Ámsterdam durante la Segunda Guerra
Mundial, publicada póstumamente en inglés como "Ana Frank: el diario de
una joven", ha conmovido a millones de lectores a lo largo de las
décadas.
La
joven, sus padres y su hermana Margot, se habían mudado a un
apartamento oculto el 6 de julio de 1942, el "anexo secreto" en el canal
Prinsengracht. Solo un pequeño círculo de ayudantes sabían de su
paradero y la familia vivió con el temor de ser descubierta.
Finalmente
ellos fueron traicionados, arrestados y deportados en agosto de 1944.
Frank murió de tifus en Bergen-Belsen, un campo de concentración nazi ,
pocas semanas antes de que fuera liberado en 1945.
Kupers
había conservado las pertenencias. Después que la guerra terminó, ella
le ofreció los artículos a Otto Frank, el padre de Ana y el único
miembro de la familia que sobrevivió al Holocausto.Este le dijo que podía
conservarlos.
Y así lo hizo, para luego encontrarlos décadas después cuando se mudaba hace poco más de un año.
"Ella
descubrió que tenía las canicas en algún lugar del ático de la casa". "Ella nos contactó inmediatamente. ....Nos emocionamos de
que las canicas sobrevivieran y que se hubieran conservado. Ella
decidió dar todo a la Casa de Ana Frank, el libro, el juego de té y las
canicas".
El
museo Casa de Ana Frank ya ha exhibido el libro que Frank recibió para
su cumpleaños número 13, así como el juego de té.
"Pero decidimos presentar las canicas por primera vez en Róterdam".
Las
canicas, junto a otros 99 objetos, conforman la exposición de "La
segunda guerra mundial en 100 objetos", que se abrirá al público esta
semana. El rey holandés Willem-Alexander inaugurará la exposición el
martes.
Ana Frank fue una de los muchos niños judíos que dieron sus juguetes antes de ocultarse o ser deportados.
"Para los niños de ese entonces las canicas eran un tesoro. Se esforzaban mucho para ganárselas", dijo ella.
Aunque las canicas están viejas, dijo ella, están en buenas condiciones.
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